La obra, ejecutada por NOSA en su totalidad, fue inagurada el pasado domingo.
Es habitual que las grandes celebraciones eclesiásticas congreguen a una parte importante de los vecinos de la parroquia en Lampón y la inauguración del cementerio no fue una excepción. Un nutrido grupo de feligreses se dieron cita para ver culminada una obra ansiada que, por lo que pudo verse, convenció. El párroco, Marcelino Sánchez Somoza, hacía ayer balance de lo vivido: «Estou satisfeito e orgulloso pola acollida que tivo a infraestrutura e pola boa resposta que espertou na xente, porque hai que ter en conta que esta obra é mérito dos veciños, que foron os que realizaron un importante esforzo económico para que se fixera realidade».
A toro pasado, el sacerdote recordaba el largo proceso que desembocó en el acto de inauguración que tuvo lugar el pasado domingo: «Celebramos a primeira asemblea o 15 de novembro do 2014 e nela presentouse o proxecto e adxudicáronse as obras. Logo, houbo outra o 23 de abril do 2016, que foi onde se deu conta do balance da primeira fase e se explicou en que consistía a segunda».
Gran inauguración
Todo el esfuerzo realizado ha valido la pena, tal y como quedó demostrado el pasado fin de semana, durante un acto que se desarrolló siguiendo la escaleta de las grandes inauguraciones. El arzobispo, Julián Barrio, fue recibido a las puertas del camposanto, donde el arquitecto Amancia Losada explicó las obras realizadas, apoyándose en una serie de fotografías que permitían comprobar el antes y el después del lugar. La comitiva de autoridades, de la que también formaba parte el alcalde de Boiro, Juan José Dieste, inspeccionó después la obra y, tras las intervenciones de rigor, hubo una oración en memoria de todos los vecinos fallecidos.
Fue, de nuevo, una jornada que unió a los feligreses de la parroquia y a la que se sumaron incluso vecinos llegados de otras localidades. Una celebración por todo lo alto.