Los vecinos de Barro lucieron ayer sus mejores galas para la puesta de largo de su nueva casa consistorial. Los alrededores del número 11 de Santo Antoniño fueron testigos de excepción de un festejo que no quiso perderse nadie. Todo estaba preparado: música, vino, refrescos, empanada, jamón y demás tapas condimentaron la celebración posterior a la inauguración, que alcanzó su máxima expresión pasadas las ocho de la tarde, cuando el alcalde José Landín, acompañado por Alberto Nuñez Feijoo y Rafael Louzán, dio la bienvenida a todos los vecinos en el salón de plenos: «Sodes parte desta casa».
Sobre las prestaciones que ofrece la nueva sede, el alcalde considera clave una cualidad que marca la diferencia con el antiguo concello, la accesibilidad. Landín hizo constar en su discurso lo importante que es que cualquier vecino pueda acudir a la casa de todos los barrenses, al consistorio. «Ahora acceder al salón de plenos es posible para cualquier vecino, antes una persona en silla de ruedas lo tenía muy difícil», explicó Landín.
Antes de ceder la palabra al presidente de la Xunta, el regidor local se refirió directamente a él para elogiar su gestión y aprovechar la ocasión para pedir, insistentemente, la mejora de una carretera, «señor presidente, la PO-531 necesita una mejora», le comentó en repetidas ocasiones.
Antes de invitar a los vecinos allí presentes a conocer las nuevas instalaciones, tomó la palabra el presidente de la Xunta, afirmando que «é un honor estar en Barro para inaugurar a casa de 3.500 persoas». Asimismo, alabó la gestión del alcalde Landín, «cada vez que me atopo co alcalde, só me fala dunha cousa, do concello de Barro». También Rafael Louzán dedicó unas palabras a la sociedad local: «Barro é un municipio cheo de oportunidades», exclamaba el presidente de la Diputación refiriéndose a los proyectos que están en marcha en el municipio, como el polígono de Barro-Meis, o la recién aprobada modificación del PXOM.