Las obras de peatonalización de la «ele» que forman las calles Arapiles y Ramón y Cajal, en Vilagarcía, encaran su recta final. El grueso de los trabajos, que consistía en el enlosado de sendos viales para su humanización, ha finalizado, por lo que el entorno del jardín de Ravella ya está completamente restringido al tráfico, a excepción de la avenida Juan Carlos I, una de las principales arterias de comunicación de la ciudad.
El viernes por la tarde los operarios procedieron al baldeo de ambas calles para limpiar las losas colocadas en ellas.
Las obras consistieron en unificar la rasante de la calle suprimiendo el resalte entre la calzada y la acera, ya que la vía pública tiene un carácter peatonal y el único tránsito rodado permitido es el de los accesos a los garajes.
Pese a que puedan quedar algunos flecos para rematar por completo la actuación (como refuerzo del mobiliario, etc.), el aspecto que ahora ofrecen ambos viales demuestran que las obras se ejecutaron con celeridad, pues la empresa adjudicataria, Nemesio Ordóñez, disponía de un plazo de ejecución de tres meses y en mes y medio ya ha peatonalizado ambos tramos.
Hace un año que los vehículos tienen en estas calles la circulación prohibida -salvo para entrada y salida de garajes y para labores de carga y descarga-, pero estaba pendiente la humanización para dotar a la zona de una imagen similar a las de las demás calles del entorno peatonalizadas. Esos trabajos fueron financiados por la Diputación de Pontevedra y sacados a concurso por el Concello de Vilagarcía por 86.000 euros, un importe por debajo del de licitación, como está ocurriendo con la mayoría de las obras públicas.